domingo, 24 de junio de 2018

Que no estoy bien

Hoy vengo a decir que no estoy bien, que en mi interior está la niña pequeña bajo una tormenta.
Sentada en un rincón esconde las lágrimas, tiene la cabeza gacha y espera que pase el vendaval.

Que ya no puedo llegar a ella con la facilidad de esquivar mis propios baches...

Que hemos desconectado desde que nuestro cielo se tiñó de sangre.

Que me alejó de ella al descubrir que no habían monstruos bajo la cama; sino su propio reflejo le da las sátiras miradas.

Hoy vengo a decirte que yo no estoy bien, que he vuelto mis pasos con los pies descalzos, mientras mis pedazos rotos van clavando la piel, dejando el huellero de este camino a medio hacer con la esperanza de voltear y avanzar...

Traigo tanta oscuridad que los destellos de luz me asustan. Tengo esta guerra constante y sin treguas a la vista que se siente la soledad en el aire.

Pequeña he venido a decirte que podemos andar bajo la lluvia, que no es lo que te aterra si es que puedes imaginar...
Que todavía hay primavera y es primavera allá afuera, en ese mundo donde ya no quieres jugar.

Que somos ruina
Que somos espina
Que somos aire y somos nada
Pero somos...
Pero estamos...

Coge mi mano y guíame hasta ti, crucemos esa puerta, saquemos esa leve chispa que nos condena.

Y nos llega la duda de como alguien con condena de por vida puede ganarse un poco de paraíso, un destino mejor...

No sabemos a donde ir, hemos llegado al laberinto sin salida, sin siquiera tener la certeza de si era el camino correcto. Chocamos contra una pared llena de cuchillas; empiezas a gritar y el susto ahora es mío.

Despierto en esta fría habitación, estoy sudada, ansiosa y asustada.
Despierto en la penumbra del sin saber del infinito espacio que hay entre mi alma y mi cuerpo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario